El artista Dámaso del Pino imparte en la Casa Museo León y Castillo un taller de caricaturas
La Casa Museo León y Castillo de Telde organiza los días 20 y 27 de mayo un taller de dibujo, caricatura e ilustración, que impartirá el creador Néstor Dámaso del Pino. La iniciativa que tiene carácter gratuito permitirá a los inscritos iniciarse en el arte de la caricatura como manifestación artística.
Dámaso del Pino, de 49 años, si bien es el último incorporado a los representantes canarios que dominan el arte de la caricatura, es uno de los más activos con la muestra de sus recientes trabajos en exposiciones celebradas en diversos municipios de Gran Canaria, Bilbao y el Instituto Tecnológico "Dan Mateescu" de Calarasi en Rumanía, en donde se exhibe actualmente ‘Un paseo europeo entre cariteraturas’, que han organizado las filólogas Ana Claudia Dascalescu e Ilona Scarlat. Además, este año tiene previstas otras dos exposiciones en Asturias y Murcia.
“En este taller trataré el nexo que tienen las diferentes artes”, explica el artista grancanario, “intentando que los inscritos entiendan que el dibujo, tanto sea caricatura o ilustración, nace antes en la mente que en el papel. Avanzaré la importancia que tiene que nos documentemos previamente para obtener los mejores resultados y poder encontrar así el "clima" adecuado que debe caracterizar un buen trabajo. Lógicamente será un taller práctico e interactivo y adaptado para distintos niveles y edades”, agrega.
Tomás Morales, Domingo Rivero, Benito Pérez Galdós (Gran Canaria), Lope de Vega, Cervantes (Madrid), Blas de Otero (Bilbao), Federico García Lorca (Granada), Luciano Pavarotti (Italia), Eca de Queiroz (Portugal), Nikos Kazantzakis (Grecia), Mihai Eminescu (Rumanía), han sido caricaturizados por Néstor Dámaso del Pino.
Las obras de Néstor Dámaso están realizadas con técnica mixta, rotuladores y acuarelas y persiguen profundizar en la personalidad de los autores reproducidos, resaltando para ello gestos o rasgos físicos como la mirada o la sonrisa, pero nunca ridiculizándolos, como a menudo ocurre en el arte de la caricatura.
Para dulcificar el paso del tiempo en los rostros que retrata, el artista suele inspirarse en imágenes de juventud y madurez que él mismo rescata de diferentes soportes, desde fotografías antiguas, a libros, pasando por Internet.