El E-waste, un problema de nueva generación
Cuando un consumidor decide adquirir un dispositivo electrónico más moderno, comienza la rueda que acabará dejando de lado el modelo antiguo, que tuvo su utilidad en su momento pero que a partir de esa nueva compra tiene los días contados hasta que sea desechado. Este aparato electrónico con enchufe o batería eliminado es lo que conformaría el denominado e-waste o chatarra electrónica.
El casino online Betway ha analizado esta tesitura con una serie de voces autorizadas en todo el tema de la basura electrónica, y como esto impacta directamente en la sociedad y en el medio ambiente en caso de no llevar a cabo las actuaciones necesarias para su correcta eliminación.
La proliferación de este tipo de aparatos no tiene límites. La continua llegada al mercado de dispositivos de nueva generación, hace que los clientes desechen cada vez en mayor medida sus aparatos obsoletos. La clave para hacer que ello no suponga un grave riesgo para el medio ambiente, está en desecharlos de una manera correcta y no arrojarlos a un contenedor común o directamente a la naturaleza. Aquí es donde tiene especial importancia las plantas de reciclaje destinadas a dicho fin, y que con el transcurso del tiempo deberán hacer frente a una cantidad ingente de millones de toneladas de e-waste. Se estima que la cifra llegue a los 120 millones de toneladas de residuos electrónicos en 2060, lo que permite vislumbrar la entidad del problema para la salubridad de la sociedad y el cuidado del medio ambiente, sino se toman las medidas precisas para la concienciación de la sociedad.
Las naciones con mayor índice de producción de estos residuos también deben acometer planes que permitan llevar a buen puerto la eliminación de metales pesados como el Bario o el Plomo, presentes en infinidad de mecanismos de estos aparatos electrónicos y que su contacto con la naturaleza puede ser fatal para la existencia de numerosas especies de flora y de fauna que pueden verse afectados por las malas decisiones humanas.
El E-waste ha llegado para quedarse en nuestras vidas. Es labor de toda la ciudadanía el limitar los perjuicios que todo ello genere en el planeta, a fin que las generaciones futuras puedan seguir disfrutándolo tal y como nos lo dejaron nuestros antepasados.
