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Bebes, niños y alergias a los ácaros

Mantener una higiene correcta y utilizar productos adecuados contra los ácaros puede eliminar muchos de los problemas asociados a las alergias a estos insectos

Canarias Noticias - 29/12/2020

Los niños pequeños, y sobre todo los bebés, están muy expuestos a la gran cantidad de alérgenos con los que convivimos cada día. De hecho, durante los últimos años, el número de niños y niñas que sufren alergias alimenticias, al polen o, especialmente al polvo y a los ácaros, ha crecido de manera considerable. 

Si nos encontramos en el caso de que nuestros hijos sufran alergia a los ácaros, hay determinadas reglas que se deben adoptar de forma inmediata y que hará que su vida sea más cómoda, evitando problemas en las vías respiratorias y en su piel. 

Alergias a los ácaros del polvo 

Puede ser que no todos sepan que son los ácaros. Se trata de unos microscópicos animales de la familia de los arácnidos, invisibles para el ojo humano y que conviven con nosotros de manera constante, pues están presentes en lugares como colchones, alfombras, muebles, cojines y cualquier otro lugar expuesto al polvo, puesto que son los sitios donde anidan. 

Aunque habitualmente son los bebés, niños y jóvenes los que más sufren de alergia a los ácaros, la incidencia de este problema en la población adulta está creciendo de forma exponencial, por lo que también para estas personas es importante mantener ciertas pautas para protegerse. 

Los ácaros es la principal fuente de alergias en interiores, seguido de los hongos y las mascotas (gatos y perros principalmente). Produce problemas como rinitis, quemazón en los ojos, aumento de mucosidad y picores en la piel. En casos graves pueden provocar asfixia, asma y otras complicaciones respiratorias que pueden llegar a requerir asistencia hospitalaria. 

Cómo luchar contra los ácaros 

Por muy buenos que sean los hábitos de limpieza en un hogar, eliminar por completo los ácaros es imposible. Obviamente, mientras con más frecuencia se realicen estas tareas de limpieza, menor será la cantidad de ácaros presentes en el ambiente, pero para conseguir una prevención eficaz se han de tomar otra serie de medidas extra. 

La ventilación de las habitaciones es fundamental para que el ambiente de una habitación no se cargue, no sólo de ácaros, sino de otros virus y bacterias. Abrir las ventanas al menos una vez al día durante 30 minutos se debe de convertir en una práctica habitual. 

Se recomienda proteger objetos como colchones y almohadas, sofás, sillones o cojines con fundas anti-ácaros específicas, pues pueden crear una barrera protectora que hará que no puedan anidar en ellos y, por tanto reproducirse. 

En este sentido ya existen en el mercado productos específicos que no necesitan ser protegidos. Por ejemplo, se puede comprar fácilmente un colchon de cuna para bebe anti-ácaros certificados como productos sanitarios y que, además de proteger contra alergias, mantienen una seguridad máxima ante otros problemas relacionados con el descanso de los niños. 

Para los adultos también existen este tipo de colchones especiales, así como almohadas y sábanas que evitarán que al entrar en contacto con la piel esta pueda sufrir irritaciones y otras molestias. 

En cuanto a la limpieza, existen igualmente productos específicos para prevenir ante los ácaros, como sprays y jabones líquidos contra los ácaros. Principalmente deberemos atacar con estos productos lugares de acumulación de polvo, pues son las zonas más propicias para la proliferación de ácaros. 

No debemos de olvidar las cortinas de casa, que en ocasiones se descuidan y son lugares perfectos para que los ácaros puedan reproducirse. Una buena idea, si el presupuesto familiar lo permite, es adquirir una máquina limpiadora con vapor, puesto que los ácaros son vulnerables al vapor a alta temperatura, con lo cual se puede higienizar toda la casa de forma muy eficiente. 

Por último, un truco para saber dónde poner el foco de la limpieza es pensar en las zonas donde los pequeños pasan más tiempo colocados: sofás, alfombras de juegos, almohadones, hamacas, etc. y estos serán los primeros lugares que higienizar en cada sesión de limpieza. 

Siguiendo estas pautas no evitaremos totalmente los problemas de la alergia a los ácaros, pero la reduciremos al nivel mínimo posible.

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