ECONOMÍA
La Plataforma platanera urge al Gobierno y al Parlamento canarios a seguir adelante con un reparto más justo de las ayudas al sector y no ceder ante ASPROCAN
La Plataforma por un Precio Justo y Auténtico del Plátano considera positivo que el Parlamento canario por fin se haya posicionado, además por unanimidad, a favor de medidas reivindicadas por “agricultores reales con la guataca en la mano”, para poner remedio a la difícil situación que sufre el sector platanero del Archipiélago.
No obstante, advierte que la Asociación de Organizaciones de Productores de Plátano de Canarias (ASPROCAN) “está intentando hacer de las suyas nuevamente”, pues “los grandes poderes están como locos ante la reforma que ha empezado su camino en el Parlamento”.
Una reacción que nada extraña a la plataforma, pues “ya sabemos que el caldero de ASPROCAN está tiznado y pretende continuar tomando decisiones por nosotros sin escucharnos”.
Es más, para ese colectivo agrario, ASPROCAN “por la que no nos sentimos representados, se ha convertido en un verdadero escollo para los cambios que necesitamos y pedimos a la Consejería de Agricultura del Gobierno de Canarias”.
“¡Alerta, señores!, pues parece que son los mismos que nos excluyeron de la Ley de Cadena Alimentaria y que nos han llevado a la ruina que hoy sufrimos”, previene este movimiento agrario en alusión a la citada asociación de organizaciones plataneras.
En cualquier caso, la plataforma se congratula de que los grupos políticos parlamentarios, en un Pleno celebrado recientemente, hayan escuchado sus reivindicaciones al reconocer “la necesidad de adoptar medidas para frenar el crecimiento de la oferta platanera, de modo que se contribuya a corregir los precios de venta en Península, a rebajar la pica de fruta (26 millones el año pasado) y a paliar el prorrateo por exceso de kilos comercializados [más de 420 millones al año] en la ayuda directa, lo que sucede desde hace seis años”.
Aún así, alberga la “duda” de si las medidas que adopte el Gobierno canario, tras este impulso dado en el Parlamento, “llegarán a tiempo para salvar el año o, por el contrario, será el momento de la venganza para hundir a los que no somos escollo para la Consejería de Agricultura”.
Por ahora, según observa este colectivo agrario, “la Consejería y el Parlamento de Canarias parecen moverse a favor de los agricultores”, por lo que la plataforma muestra su “disposición de seguir hablando sobre temas que quedan para profundizar”, en alusión a mantener nuevas reuniones con el departamento que encabeza el consejero Narvay Quintero , tras el encuentro que celebraron a finales de junio pasado.
Entre los asuntos que la plataforma quiere abordar está el de la gestión de la Indicación Geográfica Protegida (IGP) del Plátano de Canarias, porque “el mercado lo está invadiendo la banana y no pasa nada”.
En ese sentido, estos agricultores exponen que, “aunque por primera vez en la historia dicen que pillaron a unos en Valencia con algún trapicheo, hace un par de semanas”, lamentan que “todo quedara en nada”, pues “las irregularidades detectadas no estaban especificadas”, ante lo cual la plataforma, que se siente decepcionada, solo puede llegar a una conclusión: “¡Vaya vigilancia de la IGP! Eso sí, nos hemos reído todos por no llorar”.
“Entre que tenemos a ASPROCAN que no sabe, pero sabe; que no comercializa, pero sí determina precios y pica; que aplica las normas europeas, pero incumple las prerrogativas del desperdicio alimentario; que pretende negociar la distribución el POSEI y no lo negocia…¡Señores, se le quemó el caldero con la proposición no de ley y lo tenían lleno de topochos!”, manifiesta, con sarcasmo, la plataforma.
Por lo que respecta a la gestión de la IGP, en manos de ASPROCAN, estos agricultores critican que “no hay decisiones técnicas con líneas de actuación operativas que lleven al negocio del plátano adelante para darle su verdadero valor en el territorio europeo”.
Por último, la plataforma platanera insta a los grupos políticos parlamentarios que votaron a favor de la proposición no de ley a que “no se detengan”, mientras que exigen “un lugar de participación y escucha de nuestro día a día que nos dé voz y voto directo en las decisiones que llevan o quitan el plato de nuestra mesa”. “Tenemos mucho que decir y todo que perder si esto continúa tiznado y quemándose en el fogón”, remacha.