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ENTRE LA TRISTEZA Y LA ESPERANZA: REFLEXIONES SOBRE NUEVA CANARIAS-BLOQUE CANARISTA

Diego Ojeda Ramos

Exconcejal del Ayuntamiento de Telde y asesor en la Consejería del sector Primario, Soberanía Alimentaria y Seguridad Hídrica del Cabildo Insular de Gran Canaria

Hoy escribo con el corazón encogido y la mente clara. Tristeza, sí, una tristeza profunda, al ver cómo algunos, que un día fueron compañeros de lucha y de sueños, hoy traicionan el proyecto político que con tanto esfuerzo, compromiso y sacrificio levantamos: Nueva Canarias-Bloque Canarista.

Nos propusimos transformar en positivo la vida de las personas que viven en esta tierra nuestra, y construimos, paso a paso, una organización política que apostara por el nacionalismo canario de izquierdas como motor de progreso, justicia social y dignidad para nuestro pueblo. No fue fácil. Cada avance fue ganado a pulso, enfrentando dificultades, incomprensiones y resistencias. Por eso duele tanto ver cómo algunos, cegados por el oportunismo político y los intereses particulares, hoy ponen en riesgo ese legado común.

Y no es que nos entristezca que alguien cambie de opción política —porque cada cual es libre de redefinir su camino—. Lo verdaderamente lamentable es que quienes un día caminaron junto a nosotros hayan optado por una radicalización que los aleja de los principios progresistas y de izquierdas, convirtiéndose en uno de nuestros principales obstáculos y, aún peor, en aliados indirectos de los intereses de la ultraderecha.

Con su deriva, no solo se perjudican a sí mismos: perjudican al avance de la izquierda canaria, dañan el tejido de progreso que tanto costó tejer, y refuerzan las posiciones de aquellos que siempre han estado en contra de los derechos de nuestro pueblo.

Más doloroso aún es observar cómo unos pocos arrastran en su confusión a otras muchas personas que, quizá de buena fe, terminan siendo utilizadas para fines ajenos a los ideales que un día abrazamos juntos. Esta deriva no es casual. Es el resultado de anteponer el interés personal al interés colectivo, de olvidar que Nueva Canarias nació no para servirnos, sino para servir a nuestra tierra.

Pero en medio de esta tristeza, también renace la esperanza. Porque somos muchos más los que nos mantenemos firmes, los que no claudicamos, los que seguimos creyendo, con la misma fuerza —o incluso con más—, en el proyecto que nos unió.

Somos más los que nos quedamos que los que se van.

Somos más los que entendemos que los verdaderos cambios requieren constancia, lealtad y un profundo compromiso con los valores que nos dieron origen.

Vemos con orgullo cómo en lugares fundamentales como Telde, uno de nuestros grandes baluartes históricos, la organización se mantiene firme y leal a las ideas que nos definen. Y no solo resistimos: crecemos. En los últimos 90 días, 135 nuevas personas han decidido afiliarse en Telde, apostando de forma activa y decidida por nuestras ideas, por nuestro proyecto político, por el futuro de Canarias. Esa es la verdadera noticia. Esa es la semilla que germina mientras otros se pierden en la soberbia y el interés.

Hoy también es justo agradecer la actitud constructiva de tantas compañeras y compañeros que, lejos de caer en el desaliento, trabajan para reorganizarnos, para fortalecer la organización, para devolvernos la fuerza de nuestros orígenes.

Al mismo tiempo, no podemos dejar de reconocer que algunos de los que hoy se marchan, en realidad, nunca compartieron de verdad nuestros ideales. Nunca creyeron en un proyecto de nacionalismo canario de izquierdas auténtico. Su salida, aunque dolorosa en el corto plazo, nos permite limpiar, fortalecer y reafirmar el rumbo.

Solo espero —y lo espero con toda el alma— que no repitamos los errores del pasado. Que seamos capaces de no desviarnos ni un ápice de nuestro compromiso nacionalista y de izquierda. Que aprendamos de cada tropiezo y que seamos valientes a la hora de reconocer y promover a quienes, de verdad, representan los valores y principios que defendemos.

Ahora, más que nunca, toca valorar el verdadero liderazgo. No el que grita más fuerte ni el que busca su beneficio personal, sino el liderazgo basado en la honestidad, la coherencia, la entrega y el amor profundo a nuestra tierra y a nuestra gente.

Nueva Canarias-Bloque Canarista sigue adelante.

Con más fuerza, con más convicción y con la certeza de que, aunque algunos se aparten del camino, nosotros seguimos construyendo futuro.

Porque esta tierra merece nuestro mejor esfuerzo.

Porque Canarias nos necesita.

Porque no tenemos derecho a rendirnos.

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