ÚLTIMA HORA

ÁRBITROS, VARCHONDEO Y PROGRESISMO

Hasta no hace mucho tiempo los penaltis "de libro" solian pitarse, salvo los consabidos casos de mirar para otro lado un par de veces por temporada (todo por "la paz social", para que algunos no se molestaran y  proclamaran con la ayuda de los palmeros de siempre que la mano oscura y opresora del estado español les robaba). 

 

Ahora no basta que un defensa de al delantero del equipo contrario una patada de manual dentro del área, que hasta los más discapacitados oftalmológicos pueden ver, ni tampoco es suficiente para pitar un penalti el tirarle de los pelos a un jugador del equipo contrario hasta hacerle caer dentro del área, sin que en ámbos casos el árbitro considere necesario consultar al VAR (aunque, en realidad, da igual, pues el VARchondeo muchas veces no avisa al árbitro para revisar determinadas jugadas).

 

Como eso es norma una temporada sí, otra también, junto a las patadas continuas de algunos cuando juegan contra determinados equipos (el no sé que de juego "intensivo" del Cholo), con interrupciones contínuas del partido y corriendo hasta extenuación como si estuvieran jugándose la vida y la final de la champions (además del test del coronavirus, ¿se hacen actualmente tests de otro tipo?), muchos jugadores y entrenadores están cayendo en una peligrosa resignacion, parecida a la que muestran muchos ciudadanos con esas leyes progresistas, con diálogos y pactos con aspirantes a amiguetes de terroristas, con los siempre fiables del PNV (quizá, dicho sea de paso, podria verse con buenos ojos que la liga la pudiera ganar un equipo 40 años después) y con los separatistas catalanes, mientras la oposición, lo que actualmente se ha convertido el PP, es decir, en el CDP (Centrito-Derechita-Popular), lo más que hace es escandalizarse un poquito, eso sí, procurando que algunos hijos de sus señores padres no se molesten demasiado, mientras, tras más engaños sobre engaños, más mentiras tras mentiras, la dura realidad caerá tras pasar las Navidades sobre la cabeza de muchos como una losa de paro y pobreza.

 

Eso sí, mientras tanto, ya que no son suficientes faltas más que notorias dentro del área (que ocasionan lesiones al que las recibe), ni casi arrancar la cabellera como modernos apaches progresistas, para pitar un penalti, quizá tendremos que esperar a que a algún jugador le rompan el hígado o el bazo o le saquen un ojo, para que su señoria el árbitro considere, tras profundas deliveraciones consigo mismo, consultar al Varchondeo.

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