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DEMÓCRATAS Y "DEMÖCRATOS"

 

Los que dicen ser demócratas y „demócratos“ han insultado o han mirado para otro lado cuando sus amiguetes insultaban a Inés Arrimadas, Rosa Diez y Cayetana Álvarez de Toledo, entre otras, habiendo aguantando ellas con estoicismo y firmeza esos insultos, que muchas veces han rozado la agresión física. Otras diputadas, como  la señora Oramas, deberian denunciarlo. Aunque a algunos no les guste, detrás hay millones de ciudadanos que las defenderán.

 

Pero para ello los periódicos y medios de comunicación democráticos deberian denunciar lo que es inadmisible, sin pensar en el „qué dirán“, ni pretender ser „politicamente correctos“, pero solo para unos, mientras que los otros hacen y dicen lo que les viene en gana con noticias falsas, pues su ética profesional no va más allá que la de un „fakero“ duro y puro.

 

El gobierno actual tiene numerosos expertos en este campo. Así, la señora Celaá acostumbra con frecuencia en las ruedas de prensa a hablar sobre lo buenisimo que es el gobierno, lo mucho que trabajan (faltando casi decir que "gratis") y las tantísimas cosas que Sánchez y el actual PSOE han hecho y harán junto a Podemos. De vez en cuando sale por peteneras, como en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros del 27.12.2019, diciendo no sé que cosas de orillas (no sabemos si recordando a su modesto barquito), de partidos (de fútbol) que todavia no han acabado, como si lo que está sucediendo con los separatistas catalanes y vascos y el futuro del pais dependiera de un juego, de un partido, por lo visto, con jugadores leñeros y farsantes, que probablemente pondrán a lo largo de la legislatura las zancadillas que quieran, cuando y tantas veces les venga en gana. 

 

La señora Celaá, así como Calvo y Maria Jesús Montero se dirigen con frecuencia a los periodistas y a los ciudadanos hablando ex cátedra, formando en ese sentido un espectacular equipo junto a Rufián y Esteban, a los que los ciudadanos deberian estar infinitamente agradecidos por darnos continuamente lecciones de democracia y libertad de expresión.

 

Celaá también habla mucho de vergüenzas. Por supuesto, son vergonzosas las reuniones con los separatistas, el actuar en „visistas oficiales“ como pseudojefes de Estado y el rendir pleitesia a sujetos muy presentables, como Torra, haciendole reverencias

 

No es menos vergonzoso lo que está sucediendo con Venezuela. El personaje dijo muy enojado que no habia hablado con Dercy. Es falso, repitió. Sí, como cuando en el Congreso afirmó, también muy indignado, que era falso que hubiera realizado un plagio en su tesis doctoral, amenazando, casi como ahora, a algunos periodistas. ¿Quién es aquí el falso?

 

Tras las muy presentables imágenes de Zapatero con Maduro en Venezuela, dándose besitos con Delcy y demás Daisis, la señora Lastra salió con su vocecita de interna de un convento para defender a Zapatero, afirmando muy enojada que „las derechas“ solo quieren la „crispación“ y que lo de Maduro „no les interesa a los españoles“, por lo cual, según ella, no hace falta que se hable de ello. Solo faltó que afirmara que a miles de venezolanos exiliados en España tampoco les interesa.

Lastra (ya saben la del currículum tabú y misteriosamente ocultado) insulta a bastantes millones de ciudadanos por el mero hecho de que no piensan como ella, como el PSOE y el gobierno Frankenstein 2 con Podemos. Lo hace con la malignidad que conlleva y el tono con que dice eso de las „tres derechas“, añadiendo de vez en cuando la palabra “fascista“.

 

Todo esto es lo que hacen los demócratas y „demócratos“, defensores de la libertad de expresión (pero para ellos, no para los demás). En base a esa libertad de expresión los ciudadanos tenemos el derecho de escribir nuestras opiniones y que los periódicos, sin tener miedo al qué diran o a sufrir represalias, también las publiquen al amparo de esa libertad.

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