Iglesias espetó a Espinosa en el Congreso el 30 de septiembre con un "les faltan agallas" como guinda especial de la perorata de frases, una acusación sobre cosas que de esa forma muchos no habian oido decir al señór Espinosa (y , si no, se le invita para que lo demuestre).
Resulta curioso que hable de agallas cuando, según las malas lenguas y, al parecer, en algún que otro video, Iglesias no mostró una excesiva valentia cuando un ciudadano venezolano le recriminó algunas cosas en un restaurante de Madrid. Si tuviera esas agallas a que hace referencia, no deberia llevar ese harén de guardaespaldas, pareciendo, según algunas fotos, que la cortina de agentes que de vez en cuando rodean su modesto chalecito en Galapagar es mayor que el número de policias que defendian determinados edificios en Barcelona por estas fechas hace un añó ante los ataques de energúmenos separatistas.
Entre otros y otras, Iglesias y la Presidenta del Congreso, M.Batet (que ha defendido o justificado a Iglesias y Gracián, pero no a otros parlamentarios en o por similares situaciones), justifican lo que dicen, hacen y dejan de hacer por su sagrada y peculiar libertad de expresión, pero, al parecer, para ellos y no para otros y otras.
En base a esa libertad de expresión, también para que los medios de comunicación consideren publicar o no opiniones, algunos, con el debido respeto, nos permitimos indicar que el nivel parlamentario del Congreso no parece que podria enriquecerse en demasia con actitudes "chulescas" (que podrian llegar al borde de "eso Señória me lo dice usted en la calle"), comentándole respetuosamente que no deberia cacarear mucho eso de las "agallas", no sea que alguna vez, cosa que no seria de desear, le den un susto cuando vaya por la calle o esté en otro restaurante, aunque solo sea un amago de patadita en donde él indicó en la sesión parlamentaria.
