ÚLTIMA HORA

LA GRAN FARSA

En las elecciones de 1993 el PSOE, tras perder la mayoría absoluta, negoció y obtuvo el apoyo de CiU, la Convergencia i Unió de Jordi Pujol, para formar gobierno. A cambio los nacionalistas catalanes obtuvieron concesiones económicas y políticas (¿Les suena a algo eso unos 26 años después?), y a partir de entonces tuvimos que tragarnos y aprender muchas cosas, entre otras, a decir en español o castellano eso de „Girona“ y „Lleida“, pues es evidente que los mismos que impusieron esa denominación de Gerona y Lérida también cuando se referian a Londres y Munich decian „London“ y „München“, respectivamente. Con el entonces (y actual)  apoyo de los medios de comunicación afines y/o pseudosustentados por el PSOE se han repetido esos „Gironas, „Lleidas“ y demás „catalanismos“ nacionalistas hasta la saciedad durante casi tres décadas.

 En 2003 Rodriguez Zapatero, candidato del PSOE a la presidencia del gobierno, afirmó solemnemente en Barcelona: „Apoyaré la reforma del Estatuto que apruebe el parlamento catalán“, lo cual fue recibido con gran jolgorio por los separatistas. Zapatero fue investido presidente en 2004 con el apoyo de, entre otros, ECR y la abstención de CiU, a cambio de algunas cosillas  (¿Les suena a algo eso?).

 En 2006 ese mismo PSOE de Zapatero apoyó el Estatut, ninguneando al PP en una cuestión esencial para España y todo el Estado.

Continuando con sus  maravillosas profecias, Zapatero afirmó entonces: „Dentro de diez años Cataluña estará más integrada“.

Y en el 2008 gracias a él, y quizá con el apoyo, por lo menos espiritual, de Pedro Sánchez, por entonces  concejal en el Ayuntamiento de Madrid, aprendimos que no habia crisis económica alguna. Eso sí, la aprobación de los presupuestos del gobierno del PSOE de entonces dependió de una mayor financiación de Cataluña exigida por CiU (¿Les suena a algo eso?).

 Y así con un chorreo de gastos a cargo de los contribuyentes durante décadas y nefastas concesiones, se llegó hasta lo que hicieron los pseudoaspirantes a golpistas. La sentencia del Tribunal Supremo impuso penas por sedición, muy inferiores a las que hubieran sido por rebelión.

 A partir de julio de 2019 el gobierno del PSOE presidido por Sánchez inició el traslado de los supuestos golpistas a cárceles catalanas, lo cual, por supuesto, solo fue por motivos humanitarios, sin que a nadie eso les sonara a otra cosa.

 Ahora nos enteramos (sorpresas te da la vida) que la decisión sobre  la semilibertad de los presos separatistas depende del servicio penitenciario catalán, que a su vez depende de la Generalidad catalana, cosa que evidentemente no hubiera sucedido si los presos se hubieran quedado en otras cárceles. Quizá esto a algunos les sonará a algo.

 A todo esto TVE (ya saben, „la de todos“) nos ofrece una maravillosa y objetiva información de la barbarie separatista. Parece que a algunos policias les caen piedras del cielo (como si fueran meteoritos) y no por lanzamientos de antisistemas separatas. Pero claro, según Marlaska todo esto es solo un problema de orden público, intentando quitar hierro a la situación, y pretender que a nadie se le pase por la cabeza de que estemos en una „pre-rebelión“. Pues, evidentemente, lo de las sierras electricas es una anécdota sin importancia.

 Para contentar a algunos  (¿Les suena a algo eso?) ahora solo faltaria que tanto la Generalidad catalana como el gobierno del PSOE en funciones dijera que los „disturbios“ han sido unas chiquilladas y que la situación se ha normalizado.

 Eso sí, los destrozos ocasionados por el tsunami fascista serán pagados por los contribuyentes. Poca cosa, hasta ahora unos 2,7 millones de euros.

 Más de uno podria preguntarse: ¿Y si será cierto que algún partido politico tiene una historia pseudocriminal?

 

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