José María Barrientos

Podemos construir destinos más humanos, sostenibles y auténticos y de esta forma, participar en la actividad fundamental de nuestra economía regional canaria y en nuestro empleo.
El turismo no solo es cosa de agencias de viaje, hoteles, restaurante, bares y cafeterías o gobiernos locales, regionales o estatales, especialmente en Canarias, donde casi todo lo relacionado con nuestra economía, de forma directa o indirecta, tiene que ver con el turismo.
Cada ciudadano, desde su lugar, en su municipio o comunidad, puede convertirse en un protagonista clave del desarrollo y el sostenimiento turístico de su entorno, barrio municipio o isla, es decir, puede y debe participar en lo que el turismo requiere y en lo que aporta.
Más allá de recibir visitantes, que eso ya lo hacemos bien en Canarias, se trata de generar experiencias auténticas, respetuosas y enriquecedoras tanto para el turista como para quienes lo recibimos.
Hay diversas formas en que los ciudadanos se pueden involucrar y aportar al turismo de manera individual y muy positiva para esta actividad, como ser buenos anfitriones.
La actitud de los habitantes locales puede marcar la diferencia en la experiencia del viajero. Ser amables, hospitalarios y abiertos al intercambio cultural deja una huella positiva e invita al regreso. Cosa que en Canarias hemos practicado con mucha habilidad y con reconocido éxito.
Ayudar a los turistas con indicaciones, recomendaciones y datos útiles, mostrar orgullo por nuestra cultura local, compartiendo y promoviendo tradiciones, comidas típicas o leyendas del lugar es algo que el turista valora mucho mas de lo que a simple vista parece.
Los ciudadanos son los principales guardianes del entorno en el que viven. Esto incluye tanto el patrimonio natural (playas, paisajes, bosques, montañas, como nuestro Roque Nublo) como el patrimonio cultural (monumentos, centros históricos, museos, fiestas populares, como las de Teror). Y también, como no, el patrimonio de las infraestructuras que los turistas tienen que usar durante sus estancias para conocer lo que nuestras islas ofrecen, muy especialmente las de transporte y conectividad en general, donde estamos sufriendo la escasez de planificación, que se traduce en grandes atascos y por lo tanto retrasos, sobre todo en las dos islas mayores. Esto, concretamente, puede afectar muy negativamente a nuestra imagen turística.
No arrojar basura ni permitir que otros lo hagan. Esto, aunque parezca una obviedad, todos sabemos que no lo es y demasiado a menudo, se dan ejemplos de mal comportamiento en lugares públicos utilizados frecuentemente por turistas. Si se tiene ocasión. Se debe participar en jornadas de limpieza o restauración de lugares visitados por los turistas.
Respetar la flora y fauna local, participar en su mantenimiento y conservación, actos que deben ser organizados por los Ayuntamientos y los colectivos vecinales, y que dicen mucho de los municipios turísticos que se ocupan de organizar y promover este tipo de actividades.
Valorar las construcciones antiguas y sitios históricos como parte de nuestra identidad colectiva. En Canarias tenemos mucho patrimonio que interesa al turista.
Una de las maneras más efectivas de hacer que el turismo beneficie a todos es fortaleciendo la economía local.
Cuando los ciudadanos promueven productos y servicios de su propia comunidad, se crea un turismo más justo y sostenible.
Comprar y recomendar artesanías, productos regionales o alimentos típicos del destino, como se hace en los mercados que organizan nuestros destinos turísticos.
Invitar a los turistas a visitar mercados locales, talleres artesanales, ferias culturales, como pueden ser los que se organizas en algunos municipios no turísticos de las islas, eso hay que enseñarlo porque el turista lo valora y mucho.
Participar o emprender negocios orientados al turismo: alojamiento, gastronomía, guías, experiencias culturales o ecológicas, estas actividades necesitan el apoyo de las entidades públicas ya que prestan un importante servicio al sector.
Los ciudadanos pueden actuar como agentes educativos, transmitiendo valores de cuidado ambiental y respeto por las normas del lugar, cuesti8on que es muy valorada por el turista europeo que visita nuestras islas.
Concienciar sobre el uso racional del agua, la energía y los recursos naturales.
Fomentar el uso de transporte sostenible (bicicletas, caminatas, transporte público no contaminante).
Promover actividades turísticas de bajo impacto ambiental, como el ecoturismo o el turismo rural comunitario.
El cambio comienza desde la educación. Los ciudadanos pueden influir en su entorno con pequeñas acciones que promuevan una visión del turismo más responsable y participativa, hasta ahora solo se contempla al turismo como una actividad económica y comercial y debemos darle un nuevo enfoque para que se comprenda mejor y se valoren nuestros destinos.
Organizar talleres, charlas o campañas de concienciación sobre turismo y medio ambiente.
Involucrar a escuelas, clubes, asociaciones y jóvenes en proyectos turísticos locales que aporten valor y que enseñen a conocer y por lo tanto a querer a esta actividad tan compleja y tan importante para nuestras islas.
Muchas veces, lo más atractivo de un destino no es lo más famoso, sino lo más auténtico y único. Los ciudadanos pueden crear experiencias memorables a partir de su historia, costumbres, saberes y espacios.
Desarrollar rutas turísticas temáticas: históricas, gastronómicas, religiosas, artísticas.
El turismo no es solo cuestión de recibir turistas y de contar pernoctaciones, sino de prepararse, comprometerse y creer en el valor de lo que somos y tenemos en cada una de nuestras islas. Cada ciudadano, con pequeñas acciones, puede construir una comunidad más atractiva, respetuosa y lista para compartir su riqueza cultural y natural con el turista que nos visita y todos podemos y debemos involucrarnos.
Cuando una comunidad se involucra, el turismo deja de ser algo externo para convertirse en una oportunidad compartida y participativa en la que todos tenemos nuestro lugar y nuestra responsabilidad.
Se que lo que estoy tratando es un tema complejo y difícil por la diversidad de los implicados y sus distintos niveles culturales, profesionales y sociales, pero yo entiendo que es bueno que, de vez en cuando, abordemos estos temas si queremos ser mejores que nuestros competidores.
Que, por ahora, lo somos.
JM Barrientos.