ÚLTIMA HORA

SERVIR O SERVIRSE DE LA PATRIA

 

                                              Que la política, que debiera ser uno de los máximos honores del habilitante de cualquier territorio para de verdad ayudar a su país y habitantes del mismo, a prosperar a vivir mejor, en paz y concordia y en verdadero progreso; en realidad se ha convertido en una serie de “bandas mercenarias”, que del primero al último (sálvese el que pueda demostrar lo contrario); está tan claro hoy, que quién no lo vea, es que está ciego o es tonto de nacimiento; veamos ello.

                                Desde el individuo ó “individua”, que llegado al puesto “oficial”, ocupa “su nicho y lo considera sólo de su propiedad, no haciendo “ni el huevo”, y permaneciendo como zángano/”zángana”, o peor aún, obstaculizando la marcha del “departamento donde lo han enchufado”; y de paso, “llevándose a casa todo aquello que puede llevarse impunemente; hasta el máximo responsable-irresponsable, cuál es el actual presidente que sienta su culo en el palacio de la Moncloa, y donde aparte del desbarajuste administrativo que lleva, de derroches y malgastos; emplea con profusión enorme, el avión oficial así como el también oficial y grande, helicóptero que emplea para cualquier “cosa”; lo que no va a impedir que cuando “lo echen” (puesto que no dimite pese a sus horribles actuaciones) cobre una paga de “reyes o príncipes”, aparte de la infinidad de prebendas que ese “retiro”, lleva consigo y de por vida; debido a lo que instauró otro sinvergüenza, que aún vive y que se llama, Felipe González Márquez, el que aprovechándose de su mayoría parlamentaria, en su momento, se puso el mismo, este descomunal retiro a costa de nosotros el contribuyente; lo que como es normal aquí, ya ha quedado como carga, para disfrute todos sus sucesores, viudas e hijos incluidos y que conllevan derechos hereditarios, por esas “leyes del embudo”, que nos han impuesto incluso asegurándonos, que vivimos en progreso, pero “no de qué”; esto se ha convertido en un ejército o varios, que asolaron y asolan la economía nacional, mientras la población hemos sido empobrecidos a grados, en que ya hay masas en la indigencia o miserias económicas y sociales, que claman a… “nadie, puesto que las tandas que van relevando a los abusadores, se mantienen en esos abusos e incluso los incrementan, mientras los ya siervos contribuyentes, cada vez estamos más indefensos y expoliados”.

                                Vivo ahora en un lugar de muy modestos veraneantes, pero donde en un, “modesto y mal servido chiringuito”, me cobran por una copa de vino tinto corriente “de las mesetas hispanas”, la friolera de tres cincuenta euros y una copa no muy grande de cerveza al grifo, dos cincuenta; así como una decena de boquerones a la plancha, ocho cincuenta euros; todo servido por muchachuelos menores de edad y en mesas “de campaña”, con servilletas de “papel en servilletero” y tenedor minúsculo “en grupo metidos en un vaso”; amén de un bollito de pan, “artificial (0,75 céntimos) y cocido sobre la marcha en esa horrible modernidad que han impuesto, con esa masa prefabricada y que en nada se parece al pan”; veamos lo que pagan, “sus señorías” en su parlamento (es de ellos) y a costa de nuestros impuestos. Lo publica el diario “Vozpópuli el 22 de Julio 2022.

         “Los diputados, sin inflación en el Congreso: desayuno a 1,15, menú a 4,5 y cañas a 1,05: Cafestore, la empresa a la que se renovó la concesión del servicio de cafetería de la Cámara el año pasado, solo puede incrementar los precios con la media del IPC de 2020 y 2021 calculada por FUNCAS”. Así, mientras los españoles pagamos menús del día que antes valían 10 euros y ahora se acercan a los 15, los diputados no han visto modificados los precios de cafetería establecidos en el contrato que firmó el Congreso, en julio de 2021, con la empresa concesionaria. Desayuno a 1,15; caña a 1,05.Así, los diputados y el resto de personas que trabajan en el Congreso pueden pedir un "desayuno estándar", con café o leche, o infusión o cacao y un bollo o una tostada, por 1,15 euros. Mismo precio tiene el "desayuno saludable", con café o leche, o infusión o cacao o refresco, panecillo normal o integral, y fruta o yogur desnatado.  Por apenas 20 céntimos más, pueden disfrutar de un "desayuno superior", con café o leche, o infusión o cacao o refresco, bollería o tostada, o barrita o sándwich mixto, o montadito o pincho de tortilla, y zumo de naranja o fruta o yogur.  ... Y, después del aperitivo, llega la hora de comer. Sus señorías, al igual que los periodistas y el personal que trabaja en el Congreso, pueden pedir un menú del día, consistente en primer y segundo plato, postre, pan y bebida, o dos primeros platos, postre pan y medida por apenas 4,5 euros”.

                                Y así todo lo demás, donde señalemos que hay “cosas de lujo”.    Lo que no puede tragar nadie que sepa de negocios y más que esté en hostelería; con esos precios no puede trabajar ningún empresario y menos en Madrid, por lo que seguro, que debe haber subvenciones muy generosas, que percibirá “quién sea y por el conducto que sea”: España es maestra en “subterfugios”; y los políticos aquí los emplean hasta grados que ni sabemos o podemos pensar o imaginar.

                                Recordemos aparte de las suculentas pagas que les dan, las exenciones incluso en la declaración de la renta (IRPF), las pagas por hospedaje, los viajes gratuitos, y sobre todo la jubilación que dista una enormidad, del que como yo o cualquiera, trabajara y cotizara por cuarenta años o más, y hoy cobramos algo más de setecientos euros, y nuestras viudas quinientos o incluso menos; o sea, un progreso a la inversa y del que sólo se han beneficiado la clase política, la que es claro, que en realidad es un rebaño “borreguil”, que aprieta todos los botones que le dicen y que jamás se rebelarán del sistema “tan muelle de que disfrutan, y el que defienden a vida o muerte”. Recordando mientras escribo, al insigne escritor español Vicente Blasco Ibáñez, que como político y diputado, en aquel parlamento, dice en uno de sus libros, que en su tiempo, NO COBRABAN NADA.

Antonio García Fuentes

Noticias más leídas del día