5 errores a evitar en la operación bikini
Todo el mundo quiere perder peso para presumir de línea cuando llega la época de las playas y las piscinas, pero las prisas son malas compañeras para la salud
El calor se empieza a notar y muchos empiezan a acelerar su operación bikini para lucir tipo en la piscina, la playa o esa fiesta con barbacoa que van a preparar sus amigos. Esa contrarreloj final es algo que nunca falta cuando alguien se propone perder peso de cara al verano, pero es, también, uno de los grandes errores que se cometen.
No es una afirmación digna de un clarividente, es un error que se repite una y otra vez porque hay un mensaje que debe repetirse más. La operación bikini es algo que debe ponerse en marcha a lo largo de todo el año, es algo que debe construir una serie de hábitos saludables y sin prisas.
Es un fallo que recalcan tanto quienes la llevan a cabo correctamente como nutricionistas, deportistas y otros tantos especialistas del mundo de la salud, la nutrición y el deporte. Pero hay más problemas, y es su combinación la que hace que esta operación no dé los resultados que debiera.
Los errores que se deben esquivar en la operación bikini
El primer fallo es pensar que esta operación es para perder peso en lugar de para cambiar de hábitos de vida. Siempre se plantea la operación bikini como una medida de urgencia, como una meta durante varios meses, generalmente empezando en Año Nuevo o en marzo, en lugar de como una forma de mejorar nuestros hábitos.
Para estar en buena forma hay que gozar de buena salud, y para gozar de buena salud es necesario mantener una dieta equilibrada y fijar también una rutina de ejercicio, sea del tipo que sea, pero lo suficiente como para mantener el cuerpo en movimiento. Verlo desde otro punto de vista es un error.
Luego está el ejercicio en sí. No es necesario apuntarse a un gimnasio o acudir a monitores para que hagan rutinas especiales. La clave es la constancia, y esta se puede desarrollar incluso en casa. Se pueden buscar modelos baratos de bicicletas de spinning, comprar unas cintas o unas mancuernas y empezar a hacer ejercicio.
Internet es una fuente ilimitada de recursos en este sentido, por lo que hay cientos de planes a disposición de las personas que buscan entrenarse en casa. Asumiendo esto y descartando la idea del “atracón” de horas en el gimnasio en los últimos meses previo al verano se evita otro de los errores más frecuentes.
Los fallos con la operación bikini son muchos. Es más, 6 de cada 10 personas fracasan cuando la llevan a cabo, como afirman diversos especialistas en salud, y un 70% luego recupera el peso perdido, precisamente por no mantener la nueva rutina saludable y obsesionarse con bajar tallas lo más rápido posible.
De esto último deriva otro de los mayores problemas de la operación bikini, mal ejecutada, establecer metas irreales. Esto solo consigue recurrir a ideas más extremas en menos tiempo del adecuado, cosa que puede derivar en desajustes alimenticios o incluso problemas de salud. Por no hablar, además, del efecto rebote que suele tener lugar en estos casos.
A partir de ahí, se suele entrar en la peligrosa espiral de las “dietas milagro”, algo realmente arriesgado. Prometen perder mucho en poco tiempo, además de ser especialmente caras y no garantizar unos resultados permanentes. De nuevo, por el problema de plantearse como soluciones rápidas en lugar de un cambio a largo plazo.
Siguiendo esta línea, otro error muy frecuente es no recurrir a nutricionistas especializados. Son precisamente estos profesionales los que pueden establecer las pautas alimenticias a seguir para conseguir buenos resultados, para cambiar nuestra forma de comer y para que sigamos dietas mucho más sanas. Algo que, al final, acaba haciendo que la operación bikini sea mucho más que adelgazar para la playa.
Estos cinco puntos son los que se observan con más frecuencia en cualquier persona que esté llevando a cabo la más que conocida operación bikini. Cada uno suele buscar sus métodos para ponerse con ella, pero son minoría los que se percatan de que la clave no es esa, sino adquirir una nueva mentalidad y unos hábitos distintos.
El sobrepeso, los “kilitos” de más, la grasa localizada. Para muchos pueden llegar a ser un problema muy serio, pero es algo que se puede superar siguiendo las pautas adecuadas. Beber agua, comer sano y variado, hacer ejercicio. No hace falta pasar hambre para hacer una buena operación bikini porque el bienestar es lo que de verdad importa.
Ser del 40% que consigue alcanzar el éxito y recuperar su línea o conseguir estar en mejor forma que nunca exige pasar por alto esos problemas y seguir el camino adecuado. El cuerpo y la mente lo agradecen mucho más que el bikini.