Hablemos de la esencia del columnismo de opinión. Esta es la cuestión. Este es el tema. Esta es la tesis.
Me he encontrado con un artículo de David Gistau, Todo un linaje del oficio se ha extinguido, publicado en El Mundo, el 29 de Agosto del 2007, en el que nos refiere, cuenta, narra, homenajea al maestro Umbral, que hacía unos días terminaba de respirar y dar sombra en este planeta. Nos encontramos que David Gistau, también hace unos años ha dejado este ovoide planeta.
Umbral, que sin dudar, puedo estar equivocado es uno de los veinte articulistas de opinión más importantes de nuestro terruño en estos tres siglos, y, David Gistau, que muchos empiezan a considerar, que al menos es uno de los cuarenta más importantes de estos tres últimos siglos –aunque la prudencia hay que dejar que are el terreno, hay que dejar que el tiempo vaya indicando si merece estar entre los cincuenta más grandes de este género de este país, considero que sí, aunque este terruño ha dado docenas de grandes, de muchos grandes, que en muchos casos, muchas voces, hombres y mujeres, están semiolvidados, de ahí, la enorme necesidad de historias sobre este género-.
Nos narra Gistau, que en la famosa dacha/casa de Umbral, tenía dos retratos: Baudelaire y Ruano. Ruano como gran maestro del articulismo –no entramos en aspectos psicomorales de su persona y de sus presuntos actos-. No cabe duda que el siglo veinte, la primera mitad del siglo veinte, empezando por la famosa generación del 98 cosechó escritores de alto nivel, pero también articulistas de alto nivel. Ruano es uno, he citado en el título varios. Pero existen docenas. Creo que docenas y docenas. En este viaje que he ido emprendiendo sobre el articulismo, voy mencionando a unos y a otros –no es mi labor hacer historias de recuperaciones del articulismo, eso lo tienen que hacer investigadores y expertos, no mi modesta pluma, yo, solo señalo artículos, nombres que pueden estar semiolvidados o son coetáneos, grandes o menos grandes, eso que lo digan otros-.
No sabemos porque esa ansia interna, que lleva a una persona a rellenas folios con escritura o papeles con colores-pinturas o comparsas de sonetos musicales. No sabemos que mecanismo interior mueve y remueve a una persona, a que se pase un año o cincuenta, detrás de buscar una obra cultura, sea literaria o en otro saber, que sea lo más perfecta posible. Muchos, todos, desearían vivir de ello, ser su oficio y profesión y vocación. Pero la realidad, es que la mayoría escriben o pintan, solo por y con las migajas. Por eso, qué ansia tan profunda lleva a los humanos, a algunos humanos a realizar este oficio, que puede que jamás consigan apenas nada más que medio vaso de agua en toda su existencia…
Umbral tendría muchos defectos, no soy quién juzgarlo aquí, pero no cabe duda que tenía una virtud que era agradecido con sus maestros, él consideraba que Ruano le enseñó la esencia del artículo, aunque personalmente creo que aprendió mucho, no solo de Baudelaire y del simbolismo francés, sino de la generación del noventa y ocho, del catorce, del veintisiete. Creo que lo dijo una vez, supongo que en serio, “llegó un momento que se dio cuenta, que se centraría en el articulismo, y, hay mostraría si tenia talento o no” –frase no textual, solo la idea es de Umbral, si mi memoria no me falla-. Creo que después aplicó la misma fórmula a los más de cien libros, y, a los miles de artículos –lanzo la flecha a quién quiera escucharla, por favor, dígannos con más aproximación cuántos artículos y piezas periodísticas realizó-.
Creo que Umbral pasó todos los recursos estéticos de la poesía y de todas esas generaciones que he indicado, al artículo. Umbral como cualquier gran río, tiene muchas fuentes. No solo dispone de una fuente, sino de muchas. Umbral tiene muchas lecturas en su corazón y en su alma, y, además al ser esencialmente autodidacta, el autodidacto que Campmany, le llamaba. Pues fue capaz de leer y pensar y meditar literatura sin cortapisas, sin límites. Y, creo que aprendió y aprehendió todos los recursos estéticos de la poesía, más que de otros géneros –es mi opinión, que puedo estar equivocado-. Y, esos recursos después los pasó al artículo de opinión. Porque además, cómo decía, “detrás de un escritor tiene que tener un periódico, y, sin ello, el escritor no existe en nuestro país” –cita de memoria, no es exacta, creo que también en esto tenía razón-.
Yo, quisiera aquí también ofrecer mi homenaje a Gistau y a Umbral, porque modestamente también sigo su estirpe. Si soy sincero, continúo la de cientos de autores y autoras. Porque toda la vida, hemos atravesado y abierto y agujereado las páginas de periódicos y revistas en papel, ahora digitales. Toda la vida he aprendido de cientos. Toda la vida, era mi sueño escribir y publicar artículos en periódicos. Y, toda la vida se me negó beber en ese abrevadero. Ahora con los digitales, algunos medios me han dejado publicar, cosa que aquí recuerdo, aquí agradezco y aquí valoro… Paz y bien y verdad y bondad y belleza y pan y pax.