ÚLTIMA HORA

OTRA TOMADURA DE PELO A LOS CIUDADANOS

José Fco. Fernández Belda

Viviendo en San Borondón

Opinaron rápidamente con mucha solemnidad e impostada indignidad varios ministros del Gobierno y muchos analistas políticos sobre una nueva “mentira” o “bulo” del PP y Junts (obvian citar a VOX), cuando dicen que hay una subida del IVA en alimentos y electricidad en el decreto ómnibus de marras.

Y por si fuera poco, en este sentido lo recoge también elDiario.es: “PP y Junts están lanzando varios bulos en las últimas horas para justificar que el miércoles tumbaran con sus votos en el Congreso la convalidación del decreto del Gobierno que, entre otras medidas, incorporaba la revalorización de las pensiones o contemplaba la ampliación de las rebajas de los precios del transporte público. Una de esas mentiras es que el texto, llamado “decreto ómnibus” por incorporar muchos apartados, incorporaba subidas del IVA a alimentos o a la electricidad”.

Igual hace Maldita.es. el presunto verificador de bulos, pero introduciendo un matiz importante: “En el ‘decreto ómnibus’ derogado el 22 de enero no se mencionaba ninguna subida del Impuesto sobre el Valor Añadido ni en la luz ni en los alimentos. Como asegura elDiario.es, el pasado 1 de enero de 2025 dejaron de aplicarse unas rebajas del IVA ligadas a medidas contra la inflación por la guerra de Ucrania, por lo que se han experimentado incrementos pero no tiene que ver con el decreto ómnibus”.

En este caso volvemos a estar los ciudadanos frente a un retorcimiento de la semántica para intentar confundirnos con juegos de palabras para ocultar lo que será evidente en cuanto vayamos al supermercado o nos llegue la factura de la luz. Es decir, que si bien es totalmente cierto lo que dice la PSOE, si no se me ha escapado nada en la lectura de las 140 farragosas páginas del BOE, que en este decreto ómnibus no se incluye una subida del IVA para los alimentos o el precio de la electricidad, no es menos cierto, (como suelen decir los abogados), que cuando el PP afirma que subirá el IVA de alimentos y electricidad, debería haber precisado que no se está refiriendo a una subida del tipo impositivo, sino a que los consumidores pagaremos más dinero por estos conceptos al haberse suprimido las rebajas.

A los que vamos al supermercado o encendemos la luz, sin la menor duda, pagaremos más por estas cosas y por otras muchas más, diga lo que quiera decir el PSOE para justificarlo. Es irrelevante que sea porque suba el tipo nominal del IVA, o del IGIC en Canarias, o porque se dejen de aplicar las reducciones que se estaban practicando. Lo que en realidad preocupa a los ciudadanos, y debiera ocupar a los políticos, es cuánto dinero se lleva hacienda de nuestros ingresos... ¡y en qué se lo gasta el Gobierno!

Y al hilo de la tan cacareada revalorización de las pensiones de la que tanto presume el Gobierno, no estaría mal recordar y tener muy en cuenta, al menos, dos cosas. Una es totalmente indudable, que el decreto ómnibus incluía la subida general anual de las pensiones del 2,8% en 2025, según la inflación media de 2024. La segunda consideración es que la inflación no dejará de crecer, aunque según el Gobierno lo hará a menor ritmo, por lo que sólo es cuestión de meses que la inflación, el impuesto a los pobres y clases medias, se trague esa subida.

Y aunque no sea este el momento para hacer un detallado análisis cuantitativo de microeconomía doméstica, sí se puede hacer una reflexión cualitativa sobre el impacto que tendrá en nuestros bolsillos esta eliminación de las reducciones del IVA. Grosso modo, la ponderación del gasto en alimentación y electricidad en la cesta de la compra estará en torno al 30%, por lo que el impacto de ese pago adicional por la eliminación de las reducciones, se comerá la subida de las pensiones en poco más de un trimestre. Por todo eso debiera ser imperativo para el Gobierno, la lucha sin cuartel contra la inflación, la reducción drástica del gasto público superfluo (dramática dicen los malos traductores del mismo concepto en inglés), frenar el déficit financiado con deuda pública que está hipotecando a nuestro nietos y, sobre todo, no seguir comprando a los independentistas y al Frankenstein tiempo de permanencia en La Moncloa con cargo a nuestros bolsillos. Al menos esta fue parte mi carta a los Reyes Magos para este 2025, aunque soy consciente de que muy mágicos han de ser para que las cosas cambien y así mejorar la vida de los ciudadanos sin necesidad de tratar de encandilarnos con vacuas promesas gubernamentales que nunca se realizarán.

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