El gran engaño del sistema de pensiones: la estafa piramidal que pocos quieren ver
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Hay cosas que, aunque las tengas delante de la cara, prefieres no mirar. Como esa notificación de Hacienda que ignoras esperando que desaparezca. O el extracto del banco después de las vacaciones. O, peor aún, el futuro de tu jubilación.
Sí, esa que crees que tienes asegurada porque llevas años cotizando como un buen ciudadano. Noticias frescas: no hay nada asegurado.
La promesa de una pensión estable es uno de los mayores engaños financieros de nuestra época. No porque sea malintencionada, sino porque está construida sobre un sistema que, por definición, solo funciona mientras haya más gente entrando que saliendo. ¿Te suena de algo? Exacto: una pirámide financiera.
La diferencia es que, cuando un tipo en Telegram te ofrece un 10% mensual con su "método infalible", le llamamos estafador. Cuando lo hace el Estado, le llamamos "sistema de pensiones".
Pero no te preocupes, que aquí no vamos a quedarnos en la queja. Vamos a desmontar la farsa, ver por qué este sistema está condenado al fracaso y, lo más importante, cómo puedes evitar que tu jubilación dependa de él.
La trampa del sistema de pensiones español
El modelo español es de reparto. Es decir, tú no ahorras para tu propia pensión. Lo que cotizas hoy no se guarda en una cuenta con tu nombre. Se usa para pagar a los jubilados actuales.
Y cuando te toque jubilarte, dependerás de que los trabajadores de ese momento hagan lo mismo por ti. Bonito en teoría, ruinoso en la práctica.
Porque, claro, para que esto funcione se necesita que haya más trabajadores que pensionistas. Y aquí es donde la cosa se pone fea:
Cada vez hay menos nacimientos. Menos niños significa menos cotizantes futuros. Y no, no se soluciona con unicornios ni discursos motivacionales.
Cada vez vivimos más años. Lo cual es maravilloso, salvo por el pequeño detalle de que eso implica pagar más pensiones durante más tiempo.
El resultado: Más pensionistas, menos trabajadores cotizando y un agujero financiero que no para de crecer.
El gobierno, en su infinita creatividad, ya ha encontrado la "solución": subir cotizaciones, retrasar la edad de jubilación y reducir las pensiones reales. Es decir, trabaja más, paga más y cobra menos. Un plan maestro.
La estafa piramidal que nadie quiere admitir
Si esto fuera un esquema de inversión privada, ya estaría prohibido. Pero cuando lo hace el Estado, se asume como algo normal.
Vamos a jugar a "detecta la estafa piramidal". Un esquema fraudulento suele tener:
- Gente nueva pagando a los que entraron antes.
- Promesas de rentabilidad asegurada (pero sin garantías reales).
- Colapso inevitable cuando la base deja de crecer.
Exactamente lo que pasa con el sistema de pensiones. Solo que aquí, cuando el dinero empieza a faltar, no se cierra el chiringuito, sino que te obligan a seguir metiendo más dinero.
Si esto no es una pirámide, que baje Warren Buffett y lo vea.
"Vale, pero algo harán para salvarlo, ¿no?"
Depende de lo que entiendas por "salvarlo".
Hasta ahora, las soluciones han sido:
- Subir las cotizaciones.Es decir, que trabajes más años para cobrar lo mismo o menos.
- Aumentar la edad de jubilación. Lo que básicamente significa que el plan real es que te mueras antes de cobrar mucho.
- Tocarle las narices a los autónomos. Que ya bastante tienen con sobrevivir.
Y todo esto con la esperanza de que, mágicamente, dentro de unos años haya más cotizantes o que un milagro económico arregle el desajuste.
Si tienes menos de 50 años y sigues confiando en que tu pensión pública será suficiente, quizás también creas que las casas nunca bajan de precio y que los políticos se bajan el sueldo cuando hay crisis.
La única opción real: crear tu propio plan B
Esperar que el gobierno solucione tu jubilación es como esperar que un político devuelva un sobre por error: puede pasar, pero no cuentes con ello.
Si quieres que tu vejez no dependa de reformas improvisadas, la única opción real es tomar el control de tu dinero y empezar a construir tu propio sistema de ingresos.
Algunas opciones viables:
Activos que generen ingresos pasivos: Inmuebles en alquiler, negocios, dividendos... Cosas que sigan generando dinero, aunque tú no trabajes.
Planes de pensiones privados: No son perfectos, pero al menos puedes decidir cuánto y dónde invertir.
Carteras de inversión diversificadas: Fondos indexados, ETFs, renta fija… Opciones que te permitan acumular capital a largo plazo.
Seguros de jubilación: Un complemento interesante para garantizarte una renta cuando te retires.
Lo importante no es en qué inviertes, sino que empieces a hacerlo cuanto antes.
Porque si sigues confiando en que el Estado te va a mantener, el día que te jubiles te vas a llevar la mayor sorpresa de tu vida. Y no será una agradable.
¿Y ahora qué? La decisión es tuya
Después de leer esto, tienes dos opciones:
1.- Hacer como si nada y seguir confiando en que el sistema de pensiones "ya se arreglará".
2.- Tomar acción hoy y empezar a construir un plan financiero real que te permita jubilarte sin depender de lo que el gobierno de turno decida.
Si eliges la segunda opción, te ayudo a dar el primer paso. Agenda una sesión gratuita de análisis financiero y diseñemos juntos un plan para que tu jubilación no dependa de una pirámide que se está cayendo a pedazos.
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